Adaptación al cambio climático, 
mantas térmicas para alpacas

Por Prof. Norberto Ovando *

La gran cantidad de nieve caída y las bajas temperaturas registradas en varias regiones de Perú provocaron la mortandad de más de 180 mil camélidos, especialmente alpacas.

Las dos especies domésticas de camélidos Sudamericanos son la llama (Lama glama) y la alpaca (Lama pacos) y que muchos científicos piden que se reclasifique como (Vicugna pacos). La mayoría de la información arqueológica sobre la domesticación proviene de la región central de los Andes peruanos, que la sitúan hace unos 6500 años a una altura de 4000 metros sobre el nivel del mar, alimentándose de pastos naturales que crecen a esas altura.

Durante el primer Encuentro Regional de Mujeres Pastoras Andinas de Camélidos Sudamericanos de las áreas Alto-Andinas de Argentina, Bolivia, Ecuador y Perú, especificaron que, “Es traumático para las y los pastores la pérdida de su ganado. La mortandad afecta el capital invertido de los criadores ya que la crianza y el pastoreo de las alpacas y llamas es el único sustento, ya que no es posible la producción económica de otras especies de animales domésticos”.

Ganadería diezmada

Hace unos días los Directivos del Proyecto Especial de Camélidos Sudamericanos (PECSA) informaron que la mortandad de alpacas suman 179 mil 810 cabezas, de las cuales 9 mil 60 cabezas son adultos y las demás son crías.

Los camélidos murieron por hipotermia, inanición (hambre), enfermedades diarreicas, neumonías y abortos, entre otros.

La caída de fuertes nevadas en zonas altoandinas, donde la temperatura descendió a los 20.6 grados bajo cero, sepultó los pastos naturales, dejando sin alimento al ganado y obstruyeron las vías de comunicación, por lo que los pastores o alpaqueros no pudieron socorrer a sus animales.

La historia se repite

Hace un año atrás, la prensa peruana informaba sobre el duro invierno que azotaba el altiplano de ese país mediante diversos reportajes. Hoy la historia no solo se repite, sino que es más delicada y más grave. La región sur andina del país, especialmente Puno, es azotada por oleadas de frío con características catastróficas. Los daños causados son enormes, fundamentalmente en las provincias de Carabaya, Sandia, Lampa, San Antonio de Putina, Melgar, Puno y El Collao.

Es cierto que ante una situación de peligro se requiere una acción inmediata. No obstante, hay que preguntar en voz alta: ¿qué clase de “emergencia” es la que se da todos los años, en los mismos meses y los mismos lugares, con una regularidad casi perfecta?

Es evidente que no se toma conciencia de esta especie de danza macabra anual celebrada entre heladas azotando a los habitantes de estas provincias y las reacciones improvisadas y tardías de ayuda.

Las heladas y nevadas en esa región y la gran vulnerabilidad de la población que la habita son temas que ya no son sorpresa, todos los años se presentan casi puntualmente.

¿Qué se hace de manera efectiva para evitar el impacto negativo de este fenómeno climático?

Para evitar más muertes  de animales, los pobladores de las zonas afectadas solicitan a las autoridades la entrega de alimento y antibióticos para el ganado; pero también reclaman abrigo para proteger a sus hijos y los ancianos.

Adaptación

“Lo que más nos preocupa es que nuestros animales no mueran” expresó Julio Ancalli, Secretario de red de alpaqueros de la zona sur de Puno.

“Es necesario mejorar su situación reduciendo la mortandad de los animales, como está haciendo el Gobierno Regional de Huancavelica (GRH) que tiene programado distribuir más de 20.000 mantas térmicas antiheladas entre los productores alpaqueros de esta región, a fin de proteger a las crías de estos camélidos que sufren los efectos de las bajas temperaturas”, agregó Ancalli.

Ya se han terminado de confeccionar las primeras 5.000 mantas para las pequeñas alpacas y que ya son distribuidas de manera gratuita entre los pobladores de las zonas más altas de este departamento.

Es la Dirección Regional de Camélidos Sudamericanos de Huancavelica junto a la Dirección Regional Agraria, la que distribuye estas mantas. Si verdaderamente son de buena calidad podrían durar unos 6 años para abrigar a las “alpaquitas” durante las próximas temporadas invernales.

Conclusión

Ante el cambio climático más extremo se deben proteger a estas especies silvestres construyendo cobertizos, para evitar la exposición al frío y cultivar variedades de plantas para que las alpacas no dependan sólo de los pastizales y vayan adaptándose a las nuevas condiciones climáticas.

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